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martes, 19 de abril de 2011

Cuatro columnas

Tengo presente el recuerdo de las cuatro columnas de Montjuïc. Me estoy remojando los pies y jugando a la Nintendo cuando me sucede esto. Que viene con una larga cola de onírica con José Corbacho y Miquel Iceta vestidos de monjas católicas y tienen una excelente barba de pocos días. La psicóloga del programa de servicios individualizados del centro de salud mental de Nou Barris Nort me escucha estas y más historias raras de mi vigilia porque si me callo y le dejo hablar me duele todo. Franco también anda por ahí regalando armas en mis sueños.
En un futuro con Catalunya siendo un estado y con mi onírica como aval propongo que debería mandar Pablo Miralles o un Freud necromorfo relleno de haloperidol depot. Según mis cábalas esto nos daría valor como conocedores de la verdad. Esta onírica propuesta es un espejismo que hace ver en el desierto el agua.
Así funciona toda mi vida con espejismos, por ello soy conocedor de la abducción. Con esto, que quizá es un don, puedo decir que la metafísica es la única solución a todo como principio de conocimiento. No descubro nada explícitamente pero si combinamos los procedimientos metafísicos que vive un enfermo con la política tenemos verdad para todo un país. Idea que tampoco es nueva. ¿Somos una sociedad de humanos con personalidades enanas que vuelan los vientos y resabiados nos creemos guerreros voladores por nuestro rebotar en la tormenta?

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